¿Vamos a un modelo híbrido presencial y a distancia o no?
–Yo creo que sí. Todos tenemos claro que no hay nada como estar de forma presencial en clase, porque el ser humano necesita de su grupo, de las miradas y de la complicidad entre sus iguales… pero teniendo en cuenta que esta pandemia es de gran consideración y no se sabe cómo evolucionará, el modelo híbrido sería lo ideal.
Está más que demostrado en otros países que este modelo tiene también muchísimas ventajas, aunque habría que hacerse una inversión considerable para que todo el alumnado tenga las mismas posibilidades y oportunidades.
Una de las dificultades en mi centro, precisamente ha sido que no todas las familias contaban con los dispositivos electrónicos necesarios ni la posibilidad de tener internet en casa, por lo que eso ha diferenciado mucho al alumnado mediante la llamada “brecha digital”.
Aun así, yo soy de las personas que siempre ponen el foco de atención en lo positivo y en este caso le encuentro muchas ventajas. Es cierto que totalmente a distancia no lo apoyo porque necesitamos el contacto personal, pero hay muchas herramientas tecnológicas que nos pueden facilitar el trabajo con resultados muy positivos.
¿Qué falla en nuestra relación profesor-alumno?
–Considero que lo que falla en la relación entre algunos profesores y alumnos es que sigue habiendo docentes cuyo estilo educativo es el autoritarismo, basado en gritos, estrés y castigos y una comunicación poco afectiva y efectiva.
Sigue habiendo docentes que intentan que la escuela sea como antaño. Tradicionalmente los alumnos se sentaban de uno en uno para evitar contacto entre ellos, se fomentaba la competitividad y la relación profesor-alumno era muy distante, autoritaria y nada afectiva.
En la escuela solo se le daba importancia a la memorización de los contenidos y no tenían en cuenta el desarrollo integral del alumnado.
Es cierto que todavía hay docentes que se han quedado anclados en la escuela tradicional, pero afortunadamente hoy en día se fomenta el trabajo cooperativo, la convivencia positiva e inclusiva, las relaciones afectivas entre iguales y entre profesor-alumno y, por supuesto, el desarrollo integral de los educandos en todas las etapas de su desarrollo.
Por lo que considero que el fallo que puede haber actualmente en la relación profesor-alumno es principalmente en la forma de comunicarse aquellos docentes de metodología más tradicional y en continuar con el autoritarismo.
Precisamente por esto, mi método “Educar en Positivo” ayuda a aquellos docentes y familias que necesitan resultados diferentes a la hora de educar y quisieran hacerlo sin gritos y sin frustraciones, mediante diferentes alternativas, herramientas y estrategias de Psicología Cognitiva y Disciplina Positiva.
¿Y los padres, se pueden implicar más?
–Las familias también han tenido que adaptarse a estos tiempos que corren y no les ha quedado otro remedio que implicarse mucho más en la educación de sus hijos.
Al cerrar los centros escolares, debido a la pandemia, han tenido a sus hijos 24 horas al día confinados y han tenido que implicarse en las tareas escolares diariamente.
Sí que hay que felicitarles y alentarles porque ha sido una época complicada por todos los cambios que hemos vivido y lo han hecho genial.
Muchas familias han perdido sus trabajos, otras han tenido que adaptarse al teletrabajo y siempre con sus hijos en casa, intentando llevar un horario escolar, rutinas y hábitos que complican bastante la convivencia positiva en el hogar.
En consideración con esto, los padres han valorado muchísimo el trabajo de los docentes y, por supuesto, los docentes agradecen enormemente el trabajo de los padres. Es importante que seamos un equipo en la educación de los menores, esa es la clave de todo.
¿Qué pides a la actual ministra?
–Yo le pediría un poco de empatía con los docentes y el alumnado a la hora de reabrir los centros en el nuevo curso escolar 2020-21. Sería importante preparar un buen plan de prevención de riesgos ante esta pandemia y, por supuesto, una inversión económica para habilitar centros y contratar más profesorado.
Es bien sabido que esta situación es nueva para todos, pero si se formara una comisión de docentes que ayudara en la gestión del comienzo de curso sería de gran ayuda.
Y, por supuesto, le pediría que se comprometiera con los docentes para cumplir con la reducción de las ratios, la organización de los horarios y la contratación de más docentes para una correcta prevención.
¿Qué opinas de la nueva ley de Educación y de cómo se está tramitando?
–Mi opinión sobre los cambios que se realizan periódicamente en la ley de Educación, siempre es la misma… Para hacer cambios en una determinada ley deberían llevarse a cabo por las personas que diariamente trabajan en la escuela.
Hay que estar a pie de guerra para saber dónde colocar las trincheras y ver si donde las he colocado realmente son efectivas. Con esto quiero decir que a lo largo de mis 16 cursos escolares como docente, se han producido infinidad de cambios que principalmente han sido para añadir más burocracia a nuestro trabajo y considero que los cambios deben ir destinados a nuestra realidad en el aula.
El día en el que nos demos cuenta que “las cosas importantes no son cosas” habremos dado un paso muy importante en Educación.
¿Qué has echado de menos estos días de enseñanza a distancia?
–Lo que principalmente he echado de menos ha sido la entrada de los chicos a la clase, sus risas, las bromas, los gestos de complicidad, las historias que me contaban a diario, los juegos que hacíamos y lo bien que lo pasábamos. Todo esto, de forma online es más complicado, ya que mediante una pantalla no se transmite lo mismo y es todo más frío. En definitiva… he echado de menos a mis chicos, a nuestros momentos juntos, a sus familias y, por supuesto, a mis compañeros.
¿Cómo has evaluado el pasado curso?
–Teniendo en cuenta que los contenidos trabajados han sido de repaso de lo tratado presencialmente y que nuestros apoyos desde casa, por parte de los profesores, ha sido principalmente en el aspecto emocional.
He tenido en cuenta el interés, la participación, todo el trabajo realizado de forma presencial en los trimestres anteriores y la entrega de los trabajitos que cada semana hemos mandado telemáticamente.
Este pasado curso ha sido muy especial y probablemente el próximo sea un tanto diferente, pero sea como sea, el apoyo emocional por parte del docente siempre tiene que estar de una manera u otra. Los contenidos de las asignaturas se asimilan fácilmente cuando emocionalmente estamos estables y siempre he tenido claro que educar a una persona no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía.
¿Son las nuevas tecnologías una herramienta imprescindible para enseñar?
–Yo siempre he apostado por la utilización de las nuevas tecnologías. Hay que ser conscientes de que el alumnado “nace con las herramientas tecnológicas en su ADN” y que como docentes tenemos que actualizarnos y así llegar mejor a nuestros pupilos.
De todos modos, en este curso escolar ya ha quedado más que claro que debemos controlar todas las herramientas y que durante este tiempo de cierre de colegios, hemos tenido que reciclarnos a marcha forzada para estar a la altura de las circunstancias.
Teniendo en cuenta la situación, considero que el aspecto positivo con el que nos podemos quedar de todo esto, es que tenemos que seguir trabajando en esta línea y formarnos en la infinidad de aplicaciones y alternativas que tenemos con las nuevas tecnologías. Este curso ha marcado un antes y un después en muchos aspectos.
Yo llevo un tiempo realizando formación presencial sobre cómo mejorar la convivencia familiar y escolar mediante el método “Educar en Positivo” y debido a que ya no la puedo realizar de forma presencial, por las restricciones, también he tenido que utilizar las nuevas tecnologías y empezar a impartir cursos de forma online con muy buena acogida.
Mi programa de radio “Educar en Positivo” también he tenido que adaptarlo de forma online, pero me he dado cuenta que todo es organizarse y estar siempre para ayudar de una manera u otra a las familias y docentes.
¿A quién admiras en educación?
–La verdad es que admiro a todo aquel docente que cada mañana se reinicia para llegar con una sonrisa a su aula y regala a cada alumno una parte de su corazón. Adoro aprender de aquellos que buscan el lado positivo en cada situación y suman en vez de restar.
Ser docente es un trabajo sobre el que mucha gente opina, muchas veces se le quita importancia a nuestra labor porque todos los adultos sabemos sumar y restar, pero no somos conscientes que saber hacer operaciones no tiene nada que ver con “hacer que tu alumnado ame las matemáticas”.
Es por esto que admiro a aquellos docentes que emocionan a su alumnado y que son capaces de que cada uno de ellos brille con luz propia.
¿Cómo crees que volveremos a las aulas este mes de septiembre?
–Teniendo en cuenta la incertidumbre en la que nos encontramos y que estamos viviendo un momento excepcional, comenzaremos el curso aplicando el ensayo y error.
En estos momentos hay muchos factores que influyen en la organización ideal de las escuelas y la prevención de nuevos casos de Covid-19 y uno de esos factores es económico, por lo que ahí poco podemos hacer los docentes.
Yo personalmente voy a confiar en que comience el curso lo más calmado posible e independientemente de la organización, siempre velaré por la seguridad de mi alumnado y ya que tenemos que convivir con esta situación, lo haremos de la mejor manera posible.
¿Qué opinas al respecto? me gustaría que me dejaras tu comentario…
La entrevista original la dejo en el siguiente enlace:
Entrevista en la Revista Digital Magisterio